DOMINIQUE AVIÑÓ McCHESNEY
Universidad de Murcia. 9 de diciembre de 2014.
Director: Dr. Juan Francisco Jiménez Alcázar.
Tribunal: Dr. Ángel Luis Molina Molina (presidente), Dra. María Arcas Campoy (vocal), Dr. José Vicente Cabezuelo Pliego (vocal), Dr. Juan Antonio Barrio Barrio (vocal) y Dr. Francisco de Asís Veas Arteseros (secretario).
El trabajo que constituye la presente Tesis Doctoral plantea la hipótesis del origen andalusí del Palmeral Histórico de Elche, una huerta histórica incluida dentro de la lista de bienes Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2000. Hemos concretado una propuesta de evolución cronológica, tanto de la red hidráulica que alimenta la huerta, como de este espacio en sí.
Con la interdisciplinariedad como principio metodológico, hemos partido del análisis crítico de la historiografía, llevando a cabo a partir de aquí un tratamiento simultáneo de la información concreta de las fuentes escritas árabes y cristianas, de los tratados de agronomía latinos y árabes, así como de los estudios actuales de ingeniería hidráulica y agronomía. Sin embargo, son las fuentes arqueológicas las que más información nos han proporcionado, al permitirnos proponer una evolución de la ocupación del territorio y del urbanismo desde época tardorromana hasta el momento de la conquista cristiana. El recurso a la cartografía y la fotografía aérea, a las fuentes iconográficas y a la toponimia ha sido también constante.
Hemos realizado un estudio de los elementos concretos que integran este paisaje, con el objetivo de encontrar el diseño original del sistema hidráulico. En este sentido, hemos estudiado las medidas de las estructuras hidráulicas, junto con la toponimia, y ambos aspectos nos revelan un indiscutible origen andalusí de esta huerta: el primero por la presencia del codo islámico en todo el proceso de puesta en regadío de las tierras; el segundo porque prácticamente todos los nombres de acequias y partidores son netamente árabes. A esto hay que añadimos la estrecha relación entre los diferentes asentamientos de época andalusí y el sistema de regadío.
Como conclusión principal, podríamos decir que el Palmeral de Elche es la evidencia de un paisaje humano cuyo origen hay que buscarlo en una nueva articulación del territorio que tiene lugar entre los siglos VIII y X. En esta reestructuración, todos los elementos parecen girar en torno a una necesidad: la disponibilidad de agua para el riego. Es esta la que determina dónde se ubican los hábitats, dónde las tierras de cultivo e incluso dónde se situarían los lugares estratégicos de control de estos recursos hidráulicos. El Palmeral es una huerta cuya zona más productiva constituiría el alfoz de una madina de tamaño medio que alcanzó, durante la época almohade, su máximo esplendor. Sin embargo, la huerta ilicitana no empieza y termina en esta zona privilegiada inmediata a la ciudad: ocupa el norte, el este y el sur del término, el llamado Camp d’Elx, una zona que, si desde que tenemos conocimiento se considera periférica, debió ser sin embargo el origen del sistema hidráulico, forzosamente anterior a la segunda mitad del siglo X, cuando la ciudad todavía no tenía esta consideración, y el hábitat principal lo constituían las alquerías rurales.